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Martes 19 de abril de 2005 | Santa Fe, R. A.
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Edición vespertina del diario El Litoral del día viernes 01 de abril de 2005

En busca del niño perdido


Los sábados por la manana, en Playa Norte funcionan dos talleres para los chicos pobres de la zona, uno de murga y otro de juegos.

En Playa Norte el paisaje es desolador. La pobreza se apoderó de cada rincón y endureció varios rostros. Igualmente, en el camino el escenario varía.

En Riobamba 8496, entre paredes elegantes, hay ritmo de murga. Es sábado, son las 11, y los chicos aún están llegando. Adentro, en una pieza con un gran ventanal, son diez los pequenos que juegan. El más chico tiene siete meses y los otros llegan a cinco anos. Mientras tanto, afuera, en el extenso patio, la murga se va armando.

Ambas son propuestas de la Asociación Manzanas Solidarias, entidad que surgió en el 2001 frente al hambre y la desesperación de familias enteras que recorrían las calles en busca de basura para comer. "Guadalupe se organizó: cada manzana ayudaba a una familia pobre", recuerda Liliana Berraz, una vecina.

Ahora, esas familias se dedican a los chicos y proponen diversos espacios: periodismo e informática, computación, apoyo escolar, huerta, estimulación temprana, expresión, taller de juego y murga.

MURGA MURGUERA

Chicos de todas las edades integran la murga que todavía no tiene nombre. Comenzaron a reunirse en enero, una vez por semana. "Hay excesivas ganas de participar y no siempre se encuentra el orden necesario", cuenta el artista y voluntario Enzo Vals, quien trata de ensenarles la base de la música. "Fue difícil entender lo que ellos traían de conocimientos de murga porque en los barrios donde viven han escuchado y tienen cosas en la cabeza. Yo les quiero dar herramientas para que se expresen".

Vals también coordina la otra murga que impulsan las Manzanas, la de Chaco Chico, que se llama como el lugar. "Es otro contexto, más rural y calmo. Allá están haciendo cosas lindas y la idea, más adelante, es reunir un repertorio donde aprenda cada grupo del otro, y juntarlos algún día".

El espacio ya estaba propuesto por los chicos y Enzo se sumó porque lo consideró una actividad apropiada: "Permite aprender las herramientas de base de la música. Es una expresión popular cercana; hay chicos que jamás tocaron un tambor y, sin embargo, pueden tocar sin saber".

FRENTE A LA PERVERSIDAD

Liliana define al sistema como perverso: "En la pobreza, primero se da la exclusión de todos los derechos básicos. Las políticas compensatorias son lamentables: hemos visto proyectos en los que, en la intermediación, queda más de la mitad, o sea, a los chicos les llega muy poco, y acotado a diez meses, cuando un trabajo de este tipo es de por vida, mientras permanezca esta situación de exclusión. También están excluidos de la escuela porque el sistema educativo no los contiene, con un octavo y noveno que no termina nadie. Ellos -los senala- son los que terminan en la cárcel. Entonces, no hay otra definición: es perverso".

Frente al marco ya naturalizado, los vecinos intentan ofrecer "un mojón en sus vidas", un espacio donde los pequenos se sientan importantes, capaces de aprender y hacer.

En ese sentido, también trabaja Ibis, estudiante de Licenciatura en Terapia Ocupacional, que desde Los Hornos llega a otro rincón de la ciudad para los más pequenos. Un poco de juego y otro poco de papel y colores parecen ser la porción justa para que las sonrisas se asomen.

PEDIDO

Liliana, vocera de las Manzanas, hace pedidos a la comunidad: se necesitan voluntarios, útiles escolares y ropa, y en lo posible, la colaboración en dinero a través de una cuota societaria.

PARA DONACIONESDirigirse al teléfono 419-1384, e-mail: liliberraz@hotmail.com.

ACTITUD

La casa donde funcionan los talleres fue otorgada a la asociación en calidad de préstamo por la familia Messing, a la que le están muy agradecidos.

"Creo que, frente a las consecuencias de la pobreza, la corrupción, la ausencia del Estado en la cuestión seguridad, muchos atinamos únicamente a poner más rejas y alarmas en las casas y ver sólo el peligro en los que portan una determinada cultura y color de piel. Otros, a pesar de haber sufrido robos reiterados, optan, por ejemplo, por prestar su casa, sin limitaciones, sin restricciones, para trabajar en algo que ayude a la prevención, al goce por parte de los chicos de algo que nunca tuvieron, ni tendrán, un espacio lindo, al que sienten como propio", opina Berraz.

ANA LAURA FERTONANI