Edición vespertina
del diario El Litoral del día viernes 01 de abril de 2005
En busca del niño perdido
Los sábados por la manana, en Playa Norte funcionan
dos talleres para los chicos pobres de la zona, uno de murga y otro
de juegos.
En Playa Norte el paisaje es desolador. La pobreza se
apoderó de cada rincón y endureció varios rostros. Igualmente, en el
camino el escenario varía.
En Riobamba 8496, entre paredes elegantes, hay ritmo
de murga. Es sábado, son las 11, y los chicos aún están llegando.
Adentro, en una pieza con un gran ventanal, son diez los pequenos
que juegan. El más chico tiene siete meses y los otros llegan a
cinco anos. Mientras tanto, afuera, en el extenso patio, la murga se
va armando.
Ambas son propuestas de la Asociación Manzanas
Solidarias, entidad que surgió en el 2001 frente al hambre y la
desesperación de familias enteras que recorrían las calles en busca
de basura para comer. "Guadalupe se organizó: cada manzana ayudaba a
una familia pobre", recuerda Liliana Berraz, una vecina.
Ahora, esas familias se dedican a los chicos y
proponen diversos espacios: periodismo e informática, computación,
apoyo escolar, huerta, estimulación temprana, expresión, taller de
juego y murga.
MURGA MURGUERA
Chicos de todas las edades integran la murga que
todavía no tiene nombre. Comenzaron a reunirse en enero, una vez por
semana. "Hay excesivas ganas de participar y no siempre se encuentra
el orden necesario", cuenta el artista y voluntario Enzo Vals, quien
trata de ensenarles la base de la música. "Fue difícil entender lo
que ellos traían de conocimientos de murga porque en los barrios
donde viven han escuchado y tienen cosas en la cabeza. Yo les quiero
dar herramientas para que se expresen".
Vals también coordina la otra murga que impulsan las
Manzanas, la de Chaco Chico, que se llama como el lugar. "Es otro
contexto, más rural y calmo. Allá están haciendo cosas lindas y la
idea, más adelante, es reunir un repertorio donde aprenda cada grupo
del otro, y juntarlos algún día".
El espacio ya estaba propuesto por los chicos y Enzo
se sumó porque lo consideró una actividad apropiada: "Permite
aprender las herramientas de base de la música. Es una expresión
popular cercana; hay chicos que jamás tocaron un tambor y, sin
embargo, pueden tocar sin saber".
FRENTE A LA PERVERSIDAD
Liliana define al sistema como perverso: "En la
pobreza, primero se da la exclusión de todos los derechos básicos.
Las políticas compensatorias son lamentables: hemos visto proyectos
en los que, en la intermediación, queda más de la mitad, o sea, a
los chicos les llega muy poco, y acotado a diez meses, cuando un
trabajo de este tipo es de por vida, mientras permanezca esta
situación de exclusión. También están excluidos de la escuela porque
el sistema educativo no los contiene, con un octavo y noveno que no
termina nadie. Ellos -los senala- son los que terminan en la cárcel.
Entonces, no hay otra definición: es perverso".
Frente al marco ya naturalizado, los vecinos intentan
ofrecer "un mojón en sus vidas", un espacio donde los pequenos se
sientan importantes, capaces de aprender y hacer.
En ese sentido, también trabaja Ibis, estudiante de
Licenciatura en Terapia Ocupacional, que desde Los Hornos llega a
otro rincón de la ciudad para los más pequenos. Un poco de juego y
otro poco de papel y colores parecen ser la porción justa para que
las sonrisas se asomen.
PEDIDO
Liliana, vocera de las Manzanas, hace pedidos a la
comunidad: se necesitan voluntarios, útiles escolares y ropa, y en
lo posible, la colaboración en dinero a través de una cuota
societaria.
PARA DONACIONESDirigirse al teléfono 419-1384,
e-mail: liliberraz@hotmail.com.
ACTITUD
La casa donde funcionan los talleres fue otorgada a la
asociación en calidad de préstamo por la familia Messing, a la que
le están muy agradecidos.
"Creo que, frente a las consecuencias de la pobreza,
la corrupción, la ausencia del Estado en la cuestión seguridad,
muchos atinamos únicamente a poner más rejas y alarmas en las casas
y ver sólo el peligro en los que portan una determinada cultura y
color de piel. Otros, a pesar de haber sufrido robos reiterados,
optan, por ejemplo, por prestar su casa, sin limitaciones, sin
restricciones, para trabajar en algo que ayude a la prevención, al
goce por parte de los chicos de algo que nunca tuvieron, ni tendrán,
un espacio lindo, al que sienten como propio", opina
Berraz.