Trabajo solidario: en Santa Fe

Vecinos que se unen para dar una mano

Cada cuadra adopta a una familia y atiende sus necesidades; a cambio, piden que los chicos no dejen de concurrir a clase

  • Les enseñan a hacer huertas comunitarias y a mejorar la alimentación
  • La idea surgió hace un año
  • Ya son 68 las manzanas que se sumaron a la propuesta

Vecinos que se unen para dar una mano En Navidad, se reunieron los vecinos con las familias a las que ayudan Foto: Fabián Marelli  

La insuficiencia respiratoria de su hijo de seis años empeoró en los último días y fue derivado desde el Hospital de Niños de Santa Fe al hospital Garrahan, de Buenos Aires. Fabián Leiva mantiene a su mujer y a sus diez chicos con un plan Jefas y Jefes de Hogar. Imposible soñar con remedios para Carlitos. Y pensar que hace 10 días tuvo 10.500 dólares en la mano... Pero los devolvió a su dueño, un hombre que los había perdido al salir del banco.

¿Cómo no ser honesto si la vida, pese a todo, es generosa con él?, razona Fabián. Se refiere a que no está solo. Sobrevive a la pobreza con dignidad gracias a la ayuda de todo un barrio. El barrio Guadalupe, que bordea la laguna Setúbal, en la ciudad de Santa Fe, cerca de donde él vive. Hace un año, los vecinos decidieron organizarse por manzanas y dar una mano a familias necesitadas. Empezaron con una y hoy son 68 manzanas que ayudan a 68 familias.

Los une una relación afectiva. Cada vecino conoce y se encuentra a menudo con la gente a la que ayuda. Lo de ellos va mucho más allá de entregar comida y ropa. Dan y reciben cariño. Están al tanto de sus necesidades. Saben cómo se compone la familia, cuánto calzan los chicos, qué remedios toman, cómo les va en el colegio y hasta qué potenciales pueden explotar. A cambio, lo único que piden es que los chicos no abandonen los estudios.

Y no sólo los siguen de cerca, sino que les brindan el apoyo escolar que necesitan. Es que es la única forma de poder salir de esta situación de exclusión en la que se encuentran, explican los vecinos.

"Algo teníamos que hacer porque veíamos a las mujeres que, con sus bebitos en brazos, abrían las bolsas para comer lo que nosotros tirábamos. Esto es indigno y quisimos al menos devolverles algo de la dignidad que han perdido. Por eso fue que empezamos en febrero de 2002", contó Liliana Berraz, una de las vecinas.

Justamente es su manzana la que ayuda a los Leiva y la que consiguió que les entregaran un departamento porque Carlitos, por sus problemas de salud, no podía volver del hospital a la casilla de chapas en la que vivían padre, madre y diez hijos.

Organizarse quizás haya sido el mayor desafío de los habitantes del barrio Guadalupe. Y así lo hicieron. Por cada manzana se nombró a una coordinadora, encargada de informar a sus vecinos de la situación de la familia a la que ayudan. Una vez por semana se les entrega una canasta de alimentos. Unos ponen la yerba; otros, los fideos; otros más, las galletitas y la leche, y así hasta completar.

"No se tira nada. Si queda comida, ya sabemos que les hacemos una vianda; si sobran zapatillas, se ve a quién le pueden andar. Lo mismo pasa con los útiles y con la ropa. Compramos pañales, medicamentos, productos de limpieza. Nos vamos dividiendo -dijo Liliana-. Si hay problemas graves, como tratamientos caros, recurrimos a asociaciones que nos ayuden."

Pero lo de ellos tampoco es meramente asistencialismo. Apuestan a que las personas a las que dan una mano puedan ir, poco a poco, mejorando su situación. Además del apoyo escolar, los ayudan a instalar sus propias huertas y les enseñan cómo mantenerlas; organizan talleres de costura para que las mujeres tengan una salida laboral o puedan hacer ellas mismas la ropa de sus hijos .

Esta última Navidad les enseñaron a preparar budines, que las mujeres salieron a vender.

Liliana y sus vecinos buscan una relación más humana y directa con los más necesitados. Dan tanto como reciben, dice: "Aprendemos muchísimo de ellos. Enterarnos de que Fabián encontró 10.500 dólares y los devolvió fue gratificante. Su actitud fue loable".

Si alguien quiere ayudarlos con leche leche en polvo, yerba, pañales, alimentos no perecederos, ropa, útiles, carritos o cunas para bebes puede llamar a Liliana al 0342 4601384 o enviarlo a Pavón 843, ciudad de Santa Fe, código postal 3000.

Por Marta García Terán
De la Redacción de LA NACION

Proponen un programa de trabajo

"Estoy admirado. Para mí es un honor estar frente a un hombre de 33 años que, pese a que vive una situación durísima de pobreza, hace lo que tiene que hacer y devuelve 10.500 dólares que le pertenecen a otra persona. Aunque no tenga un peso, aunque necesite la plata para curar a su hijo. Es conmovedor", dijo ayer Juan Carr, titular de la Red Solidaria.

Carr quiere iniciar con Fabián Leiva el Programa Solidario de Generación de Trabajo. ¿En qué consiste? El titular de la Red propone que 400 personas pongan un peso por mes durante un año para que personas como Fabián reciban una suerte de sueldo.

¿Cómo devolvería él esta ayuda que se le brinda? Trabajando para la comunidad. En el caso de Fabián Leiva, que es albañil, la Red Solidaria buscará un acuerdo con alguna escuela, parroquia u organización comunitaria de Santa Fe para que el hombre realice trabajos de mantenimiento en los edificios.

"Lo bueno es que el que pone un peso por mes sabe que no sólo ayuda a una persona a sentirse digna por tener trabajo, sino que también ayuda a la comunidad. Este programa no hace caridad, sino que intenta dignificar a través del trabajo", dijo Carr.